Abraza un árbol, abraza el roble


¿Cómo entender que el roble es un protector de vida?

El Roble, (Quercus humboldtii), regula la oferta hídrica, protege el suelo y a una gran variedad de hábitats, especies amenazadas como briófitos, líquenes, bromelias, orquídeas, helechos, insectos, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Los bosques de roble más extensos se ubican entre los departamentos de Boyacá y Santander, Iguaque – Guantiva – La Rusia, ofreciendo una abundante oferta alimentaria de frutos y semillas para las especies que allí habitan.

Lo que lo convierte en un protector de vida, ejemplo de resiliencia y generosidad.

En gran parte del siglo XX el roble fue talado ampliamente, alcanzando una pérdida de hasta un 43% de cobertura vegetal. Uno de los usos más impactantes fue la alfarería y como materia prima para la construcción de casas, elaboración de cercados, palancas de minas, vías del ferrocarril y de su corteza la extracción de pigmentos para las curtiembres.

Sin los bosques de roble, no existiría oferta hídrica constante para los habitantes de los municipios asociados a las cuencas de los ríos Suárez y Chicamocha; sin agua, no habría oferta para riego de cultivos, producción de frutos y semillas, sin robles, no habría hogar para la flora que habita sobre ella y la fauna que se refugia y depende de estos bosques, como las ardillas, los tinajos, ñeques, osos de anteojos y aves como, el chango de montaña, el carpintero de robledal y colibríes, que son los protagonistas en la polinización y dispersión de sus semillas, por lo tanto, no habría una recuperación natural de los bosques andinos, necesaria para la subsistencia de todos los que habitamos el departamento.

En la bandera de Boyacá, está presente el roble, simboliza el carácter, fortaleza y pujanza de los boyacenses. Abraza un árbol, abraza el roble.